El arte Nazarí o arte granadino representa la última etapa del arte hispanomusulmán. Su fase de desarrollo comprende des del siglo XIII hasta el XV y sentó las bases para el futuro nacimiento del arte mudéjar. Su principal zona de influencia se extendió por el Reino Nazarí de Granada, Berbería y diversas zonas de la Península Ibérica. El origen del arte nazarí se inicia con el declive del imperio almohade, acuciado por la proliferación de pequeños reinos en al-Ándalus durante los siglos XIII y XV. Años después, en 1237, nacía el reino nazarí y su capital fue ubicada en Granada durante más de 200 años. La llamada Reconquista de los cristianos fue incrementando la presión y obligando al reino a ceder terreno hasta que, en 1492, Granada capitulaba y con ella el último bastión islámico, poniendo fin al arte nazarí en al-Andalus. El principal paradigma de este arte lo encontramos de forma incontrovertible en la Alhambra de Granada. Su nombre significa Castillo Rojo y proviene del árabe “Qalat al-Ambra”. El fascinante edificio sintetiza la arquitectura palatina islámica con la arquitectura militar, que aporta elementos de fortificación. La construcción ha sido reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es un símbolo incomparable de la arquitectura palatina islámica. La Alhambra, sumada al conjunto de edificios y construcciones de Granada permiten, por su forma, colores y estilo, establecer el marco general de este arte como evolución del arte hispanomusulmán. Son características de este arte las ornamentaciones complejas, utilizadas para enmascarar la pobreza de los materiales de construcción como yeserías de estuco, zócalos de alicatado o decoración pintada. Otro rasgo muy común es la columna de fuste cilíndrico y el capitel de dos cuerpos, similar a las decoraciones del tablao, uno cilíndrico decorado con cintas y otro cúbico con ataurique. Las cubiertas de madera se suelen alternar con bóvedas de mocárabes realizadas en estuco y los arcos más habituales son de medio punto peraltado y angrelados.

La mayoría de expertos coinciden al relacionar la música árabe con el flamenco, aún así resulta imposible saberlo con certeza debido a que la transmisión de conocimientos en aquella época se realizaba de forma oral. La explicación más aceptada sostiene que el flamenco se desarrolló sobre una base de música popular y andalusí, creando así unos melismas con grandes influencias de elementos árabes en Andalucía a principios del siglo XX. Según el estudioso del flamenco, HipólitoRossy, pueden encontrarse multitud de similitudes entre el flamenco y la cultura musical árabe:“…en el empleo constante y abusivo de notas de adorno, trinos, melismas, arrastres o portamentos (…) El empleo de apoyaturas ascendentes al comenzar el canto o algunos giros o frases dentro del mismo canto (…) La inclusión en el flamenco de la zambra mora y su influencia en algunos cantos murcianos y andaluces, como el tango flamenco, el taranto y la rondeña binaria.” Esta música y este arte se desarrolló en los tablaos flamencos, escenario histórico de este arte que ha influenciado de forma indudable algunas formas de expresión del arte y la cultura española de los siglos XIX y XX.