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mayo 22, 2022

La Rambla de Barcelona – La Rambla dels estudis (de los Estudios)

¿Qué lejos parece estar el mar después de todo lo que hemos visitado, no? Y, a su vez, está muy cerca… La Rambla es intensa, viva y multitudinaria, que en pocos metros cambia, se renueva y acentúa un conjunto de personalidades diferentes, sin perder la sensación de pasear por la misma calle. La Rambla de los Estudios es llamada así en recuerdo del Estudio General de Barcelona, construido el año 1536, y que fue la primera universidad de la ciudad.

mayo 22
Tablao Flamenco Cordobes

¿Qué lejos parece estar el mar después de todo lo que hemos visitado, no? Y, a su vez, está muy cerca… La Rambla es intensa, viva y multitudinaria, que en pocos metros cambia, se renueva y acentúa un conjunto de personalidades diferentes, sin perder la sensación de pasear por la misma calle.

¿Qué lejos parece estar el mar después de todo lo que hemos visitado, no? Y, a su vez, está muy cerca… La Rambla es intensa, viva y multitudinaria, que en pocos metros cambia, se renueva y acentúa un conjunto de personalidades diferentes, sin perder la sensación de pasear por la misma calle.

 

Hemos llegado a la Rambla dels Estudis o Rambla de los Estudios, llamada así en recuerdo del Estudio General de Barcelona, construido el año 1536, y que fue la primera universidad de la ciudad. Así pues, La Rambla no solo tenía vocación de convento o teatro, sino también de estudio, y esta tradición ha seguido con la Universidad Pompeu Fabra.

 

Es un hecho constatado que éste tramo del paseo se conoce popularmente como La Rambla dels Ocells (Rambla de los pájaros), por la gran presencia de vendedores de aves que hubo hace muchos años atrás. Así pues, como la de las Flores, La Rambla dels Ocells también tiene un nombre evocador y lleno de poesía. Y en épocas más tranquilas, el olor de las flores y el canto de los pájaros hicieron de ésta rambla un lugar muy agradable para pasear.

 

Actualmente, continúan habiendo muchos quioscos, algunos que aún siguen vendiendo animales de compañía y otros recién reformados en heladerías y tiendas de souvenirs. Y aun y que la sensibilidad actual ha cambiado, y eso de tener animales cada vez se cuestiona más, estas paradas son un elemento más de ésta rambla dinámica, sorprendente y colorista.

 

El edificio más significativo de la fachada derecha de la Rambla de los Estudios es el palacio Moja, del siglo XVIII, más conocido como palacio del marquñes de Comillas, Antonio López López, que fue uno de sus propietarios.

 

En este palacio vivió mosén Cinto Verdaguer, poeta nacional de Catalunya, que hizo obras tan admiradas como L’Atlantida o Canigó. La Rambla, no lo olvidemos, es terreno también de artistas. Y en ésta rambla tan inspirada y lirica como la de los pájaros y de las flores, no se hace extraño que viviera un poeta, y aún se conserva en el piso superior del palacio la cámara del mosen Cinto, quien trabajaba para el rico Comillas repartiendo el dinero que el marqués consideraba oportuno donar a los pobres. Un trabajo muy original, ejercer de poeta y a la vez limpiar la conciencia del marqués…

 

En los bajos del palacio Moja hay un porche que enriquece los matices de La Rambla, da calor y resguarda de la lluvia, y allí está la librería de la Generalitat de Catalunya.

La frontera entre La Rambla de las Flores y la de los Pájaros es la calle Portaferrissan, nombre que recuerda la puerta de las murallas que se abría en este sitio.

La calle Portaferrissa, estrecha, populosa y comercial, es un sitio ideal para ver la moda que se lleva, ya que podemos encontrar gente joven que transita buscando las últimas tendencias. Ésta calle, que nace en la plaza de la Catedral, desemboca en La Rambla con el regalo de una fuente del año 1818. Sobre la fuente se pude contemplar la antigua imagen, en cerámica, de esta parte de la Rambla, donde estaba la puerta de la muralla conocida como Portaferrissa, la cual hacía referencia a una medida de longitud que se utilizaba en la ciudad: ni más ni menos que una vara de hierro! Edad media y modernidad se citan en La Rambla.

 

Barcelona no es ciudad de grandes palacios. Los barcelonese acostumbran a ser gente discreta. Pero de casas señoriales, hay unas cuantas. Algunas de ellas situadas en La Rambla, como el Palau de la Virreina, actualmente sede de importantes y reconocidas exposiciones de cultura ciudadana.

 

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No es casual, que en los bajos de palacio se encuentre la sede del Área de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona. También en los bajos esta la conocida Casa Beethoven, célebre tienda de partituras de música.

No hace tantos años, justo al lado de la tienda, habían unas pequeñas cabinas de madera donde escribanos redactaban  las cartas a todos aquellos que no sabían a cambio de unas moneadas.

 

¿Pero quien era la virreina que da nombre al palacio? Ni más ni menos que la mujer del virrei de Perú, el señor Amat, en una época, en que ése lejano país pertenecía a la Corona española.

Al lado del palacio, para que no desentone, se levanta uno de los edificios más bonitos de la ciudad, la Casa del Regulador, nombre que se toma de la joyería que atienda a los clientes a pie de calle.

Una vez atravesamos la Calle del Carmen, artesanía importantísima del Raval, fuerza estudiantil por los distintos institutos y la escuela Massana, y comercial, por la proximidad de la Boqueria, tenemos la iglesia de Belén, de confección barroca, un estilo que aún no habíamos visto en el paseo, y que fue promovida por los jesuitas sobre el 1681.

 

Si un centenar de metros más abajo podíamos evocar Perú gracias al Palau de la Vierreina, por encima de la iglesia de Belén podemos rememorar otra ex colonia española: Filipinas. Y es que ahora nos encontramos con la sede de la Compañía e Filipinas, actualmente reformada y convertida en hotel con ambiente de club inglés, sobrio y elegante y lleno de distinción.

Más arriba, localizamos la Academia de Ciencias y Artes, de estilo progresista, de finales del siglo XIX. Un reloj proclama la hora oficial de la ciudad desde el 1888. A principios del siglo XX se instaló en los bajos, quizá para contrastar la serosidad de los académicos, el teatro Poliorama, de renombre por sus estrenos.

 

La Rambla de los Estudios, así pues, es una confluencia cultural: calles que nos llevan al Museo de Arte contemporáneo, situado en el corazón del Raval, a librerías pequeñas y grandes, tiendas de instrumentos musicales, artesanía africana… De la misma forma, sus bares singulares: como el Viena – con piano incluido- o la coctelería Boada.

 

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