flamenco
El Flamenco; Las Castañuelas
La castañuela es un instrumento de gran simplicidad y con una larga historia. Son muchos los países que las han incorporado a sus danzas, pero es en España donde obtiene el mayor desarrollo, se mejora el sonido y se encuentra una forma adecuada a su uso.
La castañuela es un instrumento de gran simplicidad y con una larga historia. Son muchos los países que las han incorporado a sus danzas, pero es en España donde obtiene el mayor desarrollo, se mejora el sonido y se encuentra una forma adecuada a su uso. Curiosamente obtiene distintos apelativos según la región de qué hablemos: en Valencia las llaman postizas; en Asturias, tarrañuelas; en Lorca, castañotes; en Aragón, pulgareles o jotaneos; en Andalucía, palillos; en Canarias, chácaras; y son muchos más los nombres que reciben en distintas zonas de nuestro país.
En el siglo XIX el uso de las castañuelas se generaliza a través de los bailes de escuela bolera, y se incorporan también en algunas partituras de ópera y de ballet, pero será ya en el siglo XX cuando este instrumento se dignifique y perfeccione, adquiriendo la dimensión que merece. Así lo evidencia el gran historiador de la danza, Carlos Murias, en su relato:
Es con Antonia Mercé, La Argentina (Buenos Aires, 1890 - Bayona, 1936) que el dicho instrumento da un paso adelante sin precedentes. Manda fabricar una serie de castañuelas con un corazón más profundo que otro con lo que conseguirá tener una gama de sonidos diferentes. Crea la carretilla seguida que interpretará matizando fortes y pianos hasta conseguir la debida agilidad y sensibilidad en los dedos. Por su parte Vicente Escudero manda crear castañuelas de metal e investiga nuevos toques rítmicos y sonoros. Más tarde, Pilar López, hermana de La Argentinita, descubre la media carretilla flirteando con contratiempos y síncopas. Las castañuelas ganaban en musicalidad. Pero es con Emma Maleras que el diminuto instrumento rompe esquemas y se muestra con un amplio abanico de posibilidades rítmicas y musicales. Crea un método que pronto se convierte en el más importante en el método musical, transcribi9endo en un bigrama el toque de castañuelas. Mientras que su discípulo José de Udaeta les otorga un sugerente espacio teatral.
En el siglo XIX el uso de las castañuelas se generaliza a través de los bailes de escuela bolera, y se incorporan también en algunas partituras de ópera y de ballet, pero será ya en el siglo XX cuando este instrumento se dignifique y perfeccione, adquiriendo la dimensión que merece. Así lo evidencia el gran historiador de la danza, Carlos Murias, en su relato:
Es con Antonia Mercé, La Argentina (Buenos Aires, 1890 - Bayona, 1936) que el dicho instrumento da un paso adelante sin precedentes. Manda fabricar una serie de castañuelas con un corazón más profundo que otro con lo que conseguirá tener una gama de sonidos diferentes. Crea la carretilla seguida que interpretará matizando fortes y pianos hasta conseguir la debida agilidad y sensibilidad en los dedos. Por su parte Vicente Escudero manda crear castañuelas de metal e investiga nuevos toques rítmicos y sonoros. Más tarde, Pilar López, hermana de La Argentinita, descubre la media carretilla flirteando con contratiempos y síncopas. Las castañuelas ganaban en musicalidad. Pero es con Emma Maleras que el diminuto instrumento rompe esquemas y se muestra con un amplio abanico de posibilidades rítmicas y musicales. Crea un método que pronto se convierte en el más importante en el método musical, transcribi9endo en un bigrama el toque de castañuelas. Mientras que su discípulo José de Udaeta les otorga un sugerente espacio teatral.