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flamenco Cantaor/a

El Pechuguita

José Astárida, más conocido como "El Pechuguita, es hijo de "El Pechuga", un cantautor y compositor de reconocido prestigio que ha colaborado con artistas de la talla de BB King, Kiko Veneno, Triana, Raimundo Amador o Barón Rojo.

José Astárida, más conocido como «El Pechuguita, es hijo de «El Pechuga», un cantautor y compositor de reconocido prestigio que ha colaborado con artistas de la talla de BB King, Kiko Veneno, Triana, Raimundo Amador o Barón Rojo.

Empezó a cantar de forma profesional con tan sólo 12 años para ganarse el sustento y, en sus inicios, fue su padre quien le transmitió las técnicas del cante. Continuó su formación de forma autodidacta trabajando con algunos de los mejores artistas flamencos como El Capullo de Jerez, El Extremeño, Manuel Molina, El Torta, Rancapino, Marsellé, Agujeta, Carmen Ledesma, El Lebrijano, Concha Vargas, La Farruca y otros tantos.

Ha trabajado en los principales teatros de España, entre ellos el Lope de Vega, La Maestranza de Sevilla, el Fibes, el Central y también en la Bienal de Sevilla.

Además de recorrerse la geografía nacional, su arte, esfuerzo y dedicación han llevado a El Pechuguita de gira por las Américas, Jerusalén, Serbia y también Casablanca.

De naturaleza inquieta y polifacética, Antonio Astárida ha trabajado también como profesor de cante en una fundación de las tres mil viviendas, difundiendo el flamenco entre los más jóvenes.

Posee un cante rancio, ortodoxo y antiguo que recuerda a Antonio Mairena. De su garganta brotan sonidos negros y raciales que envuelven con fuerza a una voz profunda, colmada de gravedad.

Conoce unos 18 tipos de cantes y es especialista en los llamados «cantes de fragua» como el martinete: un cante puramente gitano y primitivo, derivado de la tona. Estos cantes son los primeros que se conocen como origen del flamenco. Los cantes de fragua o de la herrería nacen al compás del fuelle y el martillo. En aquella época era habitual que los gitanos trabajasen como fragüeros en la forja artística y en herraduras para caballos. Es un cante sin guitarra, acompañado sólo por el compás del yunque. Para estos cantes los gitanos se entonaban en las fraguas para sentir sus tristezas y lamentos de alguna pena. Se dice que se originaron en las fraguas de Triana, donde nacen las más puras esencias de estos cantes, y que fueron divulgados por los gitanos andaluces de la época.

También domina otros cantes primitivos como la seguirilla, uno de los palos principales del flamenco y un cante derivado de la tona. Este palo nació para bailarse y es también de orígenes gitanos. En él es muy importante la inspiración y saber transmitir el dolor a través del cante.

Otro de los cantes que domina es la soleá. Un cante que al igual que la seguiriya, es además de un género flamenco un complemento genérico que agrupa a otros géneros como el polo, la caña, las cantiñas y las bulerías. La Soleá es un cante flamenco a compás, de gran conjunción rítmica y melódica que parece proceder de un cante para acompañar al baile desde principios del siglo XIX. Su majestuosidad, riqueza melódica y profundidad de ejecución, hacen que sea muy interpretado por los artistas.

Finalmente, también es habitual escucharle cantar por tarantos. El taranto tiene su origen en Almería y se caracteriza principalmente por el ritmo binario con el que se acompaña el cante y que lo diferencia de los otros cantes de Levante. Se considera una variante de la taranta (con temática menos minera) y es el cante de la zona minera de Almería por excelencia (Garrucha y Cuevas de Almanzora). Se trata de un cante sobrio pese a tener un remate brusco, y es inasequible para el virtuosismo y el lucimiento personal. Además, su temática es que tiene un remate brusco, es sin embargo, sobrio, inasequible al virtuosismo y al lucimiento personal.

Un cantaor que, pese a su juventud, ya ha cautivado a espectadores de medio mundo. Una voz y una técnica que lo convierten en una de las jóvenes promesas del cante flamenco.

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