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mayo 22, 2022

Entrevista a Miguel Poveda

Miguel Poveda: Que el flamenco sea Patrimonio de la Humanidad es solo una etiqueta. No ha cambiado nada, no hacen nada por la música flamenca o muy poco. Eso es como… yo tengo aquí esta botella de refresco y le pongo una pegatina, pero el sabor es el mismo.  

mayo 22
Tablao Flamenco Cordobes

Extracto de la entrevista a Miguel Poveda donde habla de Tablao Flamenco Cordobes Barcelona:

 

En España, en las grandes ciudades sobre todo, ¿el flamenco está intoxicado por el efecto turístico? 

 

No, yo creo que hay gente, como por ejemplo en el tablao El Cordobés, que tienen un compromiso enorme con el arte y aunque la afluencia de los turistas es de un 80 o 90%, tratan de mostrar un flamenco de calidad. En El Cordobés, que es el que yo conozco más, porque empecé ahí, tratan de llevar a grandes figuras del flamenco que luego puedes ver en los teatros. Por ahí han pasado: La Cañita de MálagaCamarón FarrucoMatilde Coral,Manuela CarrascoSara Baras… Todas las grandes figuras del flamenco han actuado allí y siguen pasando, piensa que por el tema de la crisis se puede ver a artistas de primera línea otra vez.

Entrevista

 ¿Te gusta ir a ver flamenco? ¿A qué tipo de conciertos vas?

Miguel Poveda: A mí sí, siempre. De esa música no me canso nunca, siempre aprendo, es mi alimento espiritual.

 

Voy a los conciertos a ver las propuestas que hacen mis compañeros y a ver recitales de cante de por ejemplo Antonio Reyes, que es un cantaor que a mí me gusta mucho, o Jesús Méndez que me encanta, o Rancapino. Compañeros a los que les tengo estima y que aparte de ser grandes cantaores son buenas personas. No puedo ir a ver a un artista que no es buena persona aunque me guste mucho, prefiero verlo en vídeo, en YouTube o en televisión, pero si me acerco a un teatro tiene que ser porque además el artista es buena gente.

Si un artista no te cae bien prefieres no verlo en directo, ¿y trabajar con él? ¿o eso sería peor todavía?

 

Miguel Poveda: No, no puedo, y he trabajado, ¿eh?

 

En España, en las grandes ciudades sobre todo, ¿el flamenco está intoxicado por el efecto turístico?

Miguel Poveda:No, yo creo que hay gente, como por ejemplo en el tablao El Cordobés, que tienen un compromiso enorme con el arte y aunque la afluencia de los turistas es de un 80 o 90%, tratan de mostrar un flamenco de calidad. En El Cordobés, que es el que yo conozco más, porque empecé ahí, tratan de llevar a grandes figuras del flamenco que luego puedes ver en los teatros. Por ahí han pasado: La Cañita de Málaga, Camarón, Farruco, Matilde Coral, Manuela Carrasco, Sara Baras… Todas las grandes figuras del flamenco han actuado allí y siguen pasando, piensa que por el tema de la crisis se puede ver a artistas de primera línea otra vez.

 

En España, fuera de las regiones más flamencas, se ve el género como algo folclórico, por ejemplo, en Barcelona se celebra la Feria de Abril y se vincula.

 

Miguel Poveda:No, por favor, no lo es. Bueno es una música que viene del folclore andaluz y el folclore es maravilloso también para mí, pero yo creo que uno tiene que ir a escuchar la música desprovisto de prejuicios, ir a conectar con lo que estás viendo y con la esencia del artista.

 

Yo no vincularía jamás en la vida la Feria de Abril al flamenco, ni la de Barcelona ni la de ningún lugar, es un error muy grave. Es otra fiesta distinta en la que quizás puedes encontrar de repente una reunión del flamenco, porque en la Feria de Abril de Sevilla a veces se han juntado Fernanda y Bernarda de Utrera con La Paquera y entonces en una caseta ha habido artistas de flamenco. Pero porque es una fiesta de Andalucía a la que van los andaluces y entre ellos acude gente del flamenco, no es una fiesta del flamenco como tal, no tiene nada que ver. Es una fiesta de las sevillanas, una fiesta andaluza donde la gente se reúne, se toma sus copas, sus vinitos… y tienen sus costumbres de Andalucía pero no tiene nada que ver con lo que es la esencia de la música flamenca, que va mucho más allá de eso.

 

Empezaste más en serio en el tablao El Cordobés de las Ramblas, que citabas antes, al que acudían principalmente turistas, y has dicho en alguna entrevista que cuando cantabas en el Liceo o el Teatro Real, por ejemplo, notabas que el público que va normalmente a este tipo de lugares mira por encima del hombro a los flamencos. ¿Sigue siendo así?

 

Miguel Poveda: No, ya no.

 

¿Ya no, en general? ¿O ya no a Miguel Poveda?

 

Miguel Poveda: Bueno claro, yo hablo desde mi experiencia pero creo que ya no en general. Me he encontrado a muchas personas que me han dicho que se han aficionado al flamenco por mí y me han dado las gracias. También conozco a muchas personas que se han aficionado a través de la música de Enrique Morente, de Camarón, de Paco de Lucía, de Carmen Linares, de El Lebrijano y de artistas que hemos procurado defender esta música desde la base cultural, desde la esencia, sin estereotipos y también comprometiéndonos con otras cuestiones, no solo la del flamenco, sino que hemos cantado a poetas, hemos cuidado la puesta en escena y nos hemos tomado en serio la profesión. Creo que eso la gente también lo valora y empiezan a vernos como una música más de culto. 

 

¿Qué salud tiene el flamenco tanto en España como en el resto del mundo?

 

Miguel Poveda: Debería valorarse más por parte de las instituciones y tenerse más en cuenta el flamenco porque es la música más universal que tenemos. He vivido en primera persona la fascinación que siente el mundo por la música flamenca y no desde ahora sino desde los tiempos de Carmen Amaya, fíjate que tiene hasta un planeta con su nombre y una calle en EE. UU., porque allí fue una revolución. Era una gitana del Somorrostro, de aquí de Cataluña, que revolucionó el mundo del flamenco fuera de nuestras fronteras, le dieron valor a eso. También le han dado valor a Paco de Lucía, que se ha preocupado de dignificar este arte y de mantener un espíritu libre colaborando con otras músicas que han hecho que la suya creciese más.

 

Entonces, si fuera lo valoran tanto y lo admiran y los propios músicos de otros estilos se dan cuenta de la dificultad de esta música y lo grande que es, ¿por qué aquí no tomamos conciencia de eso, en Andalucía sobre todo? A veces pasa que en la misma cuna no valoran eso, me refiero a las instituciones y a veces también a los políticos.

 

¿Has notado algún cambio desde que en 2010 declararan el flamenco Patrimonio de la Humanidad?

 

Miguel Poveda: Que el flamenco sea Patrimonio de la Humanidad es solo una etiqueta. No ha cambiado nada, no hacen nada por la música flamenca o muy poco. Eso es como… yo tengo aquí esta botella de refresco y le pongo una pegatina, pero el sabor es el mismo.

 

¿Si fueras político, qué harías para que se fomentara más?

 

Miguel Poveda: Claro, es que no soy político ni gestor cultural, solo soy flamenco. No sabría qué pasos dar pero sí que tomaría en cuenta a los artistas y les ayudaría a que pudieran desarrollar sus ideas. Apoyaría el talento al máximo como hacen en otros países con su cultura, como en Francia con la danza y el teatro, pues nosotros igual aquí.

 

¿Cómo sientes que aprecian el flamenco y lo que tú haces en otros lugares?

 

Miguel Poveda: Siempre destaco que valoran con mucha curiosidad y con mucho respeto la música flamenca. No sé cómo explicarlo pero es como cuando nosotros vemos que llegan las grandes figuras del jazz americano, los vemos y alucinamos y estamos ahí escuchando con respeto, impregnándonos de música. No vas con prejuicios ni con ese talante que a veces tenemos desde dentro del mundo del flamenco de: «¿A ver qué hace este? Porque eso no es así. Porque esto tal…» y al final no lo disfrutas.

 

Yo creo que tanto en Latinoamérica, como en EE. UU. y como en toda Europa, nos reciben con mucha curiosidad, con mucho respeto y nos ven como grandes estrellas de la música, es fascinante. Y luego además en los festivales que organizan por allí tienen unos equipos de producción en torno al festival y un cuidado del músico que es impresionante.

 

«Nos ven como grandes estrellas de la música», ¿tú no te sientes una gran estrella de la música y del flamenco?

 

Miguel Poveda: No, no, qué pereza.

 

Respecto a la curiosidad de la que hablas cuando actúas fuera, ¿crees que la gente empatiza realmente con tu música o lo ven más como algo exótico?

 

Miguel Poveda: No, piensa que ahora con el tema de internet es todo más directo y cuando te programan la gente ya sabe quién eres. Tienen más consciencia, han leído tu trayectoria, se han informado y entonces se sitúan un poco más. No se trata de «vamos a ver flamenco sea el que sea», sino que saben quién es ese artista y dónde está situado en el mundo del flamenco.

 

Con veinte años te presentas al Festival de las Minas y arrasas. Te llevas cuatro premios de las principales categorías, pero tú no querías ir, de hecho te inscribiste un día tarde. ¿Quién te animó a presentarte?

 

Miguel Poveda: Juan Ramón Caro, un guitarrista de aquí de Barcelona que había hecho la mili en Cartagena y que —como aparte de tocar la guitarra, es tan aficionado al cante— conocía a todos los cantaores de allí y el sistema del concurso. Él me animó a que fuera porque sabía que iba a gustar mucho por mi forma de cantar. Como de alguna forma cantaba fuera de Barcelona y me escuchaban fuera del entorno al que yo estaba acostumbrado, que eran las peñas flamencas y los tablaos, finalmente me animé y llamé pero fui dando tantas largas que llamé un día después y me dije: «Perfecto, porque llamo y no me van a coger».

 

No quería ir porque me daba mucho respeto, me veía todavía poco preparado y, honestamente, esos cantes a los que me presenté no los controlaba tanto, de hecho uno de ellos me lo aprendí en el tren y me dieron el premio.

 

 

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