flamenco
Historia del Flamenc a Barcelona
Barcelona, ciutat mediterrània, potser per la seva situació geogràfica que s'obre al comerç, per la constant immigració d'andalusos, o per ser una ciutat acollidora i receptora de totes les manifestacions artístiques foranes, va anar juntament amb Sevilla i Madrid, una de les ciutats on van aflorar els primers cafès cantants i un dels llocs en què se li rendia culte al flamenc.
El Flamenco en Barcelona y Carmen Amaya: más de un siglo de tradición
Para darnos una idea del auge que adquiere el flamenco en Catalunya, remitámonos a la mitad del siglo XIX, que es cuando, en pleno Romanticismo, el 4 de abril de 1847 se inaugura el Gran Teatro del Liceo de Barcelona. Precisamente en esta misma fecha se abre en Sevilla el primer café cantante, El Burrero, que coincide con la oficialización de la primera Feria de Abril que, curiosamente, fue creada por iniciativa de un catalán, Narciso Bonaplata y de un vasco, José María Ibarra.
Pero centrémonos en el escenario del famoso Liceo de Las Ramblas barcelonesas. La técnica española y el amor por los bailes flamencos están de moda. Para la mencionada inauguración contratan al bailarín catalán Juan Camprubí y a la bailarina Manuela García, junto a un grupo de bailarines que interpretan seguidillas manchegas, rondeñas, boleras y cachuchas. La pasión que esta mimada pareja despertaba en el público liceísta la recoge el libro Historia de la danza en Catalunya, publicada por Caixa de Barcelona en 1987:
Esos que llaman bailes franceses, todos vienen a ser lo mismo; a los cinco minutos de haberse levantado el telón causan el mismo efecto que el cloroformo. Venga nuestro Camprubí con su Sinfonía de Mercadante, su Malagueña, sus Misceláneas de bailes españoles.
La cartelera se renueva con gloriosas figuras de la danza avaladas por gran prestigio internacional: Petra Cámara; Josefina Vargas; Pepita de Oliva; la famosa Lola Montes, amante de reyes que abdicaron por ella; Rosita Mauri, la bailarina catalana que llegó a ocupar uno de los primeros puestos en la Ópera de Paris; y el renombrado bailarín y coreógrafo Ricardo Moragas... Hasta desembocar en la época dorada de la danza española, con Juan Magriñá y Rosita Segovia y el ramillete de grandes estrellas que arroparon al gran bailarín.
De los setenta y cuatro cafés cantantes con los que contaba Barcelona a finales del siglo XIX, destacan el Café Sevillano; el Villa Rosa; el Café Concierto Barcelonés; el Café Concierto Sevilla; la Gran Peña; el Café Concierto Triana; el Café del Puerto y el Café de la Alegría, que a partir de 1887 cambió su nombre por el afrancesado Edén Concert. Allí triunfarían en 1908 el farruquero bailaor Faico y las bailaoras María Pantoja y Juana Ortega, o Estrellita Castro y Carmen Amaya en sus comienzos, así como el cantaor Fernando el de Triana.
Quien ignore la historia de Barcelona, puede caer en el error de creer que la ubicación de Cordobes en La Rambla obedece a su carácter de arteria turística, amén de histórica. Incluso, podrían asociarlo a la falsa idea de que Cordobes es un local turístico.
Pero centrémonos en el escenario del famoso Liceo de Las Ramblas barcelonesas. La técnica española y el amor por los bailes flamencos están de moda. Para la mencionada inauguración contratan al bailarín catalán Juan Camprubí y a la bailarina Manuela García, junto a un grupo de bailarines que interpretan seguidillas manchegas, rondeñas, boleras y cachuchas. La pasión que esta mimada pareja despertaba en el público liceísta la recoge el libro Historia de la danza en Catalunya, publicada por Caixa de Barcelona en 1987:
Esos que llaman bailes franceses, todos vienen a ser lo mismo; a los cinco minutos de haberse levantado el telón causan el mismo efecto que el cloroformo. Venga nuestro Camprubí con su Sinfonía de Mercadante, su Malagueña, sus Misceláneas de bailes españoles.
La cartelera se renueva con gloriosas figuras de la danza avaladas por gran prestigio internacional: Petra Cámara; Josefina Vargas; Pepita de Oliva; la famosa Lola Montes, amante de reyes que abdicaron por ella; Rosita Mauri, la bailarina catalana que llegó a ocupar uno de los primeros puestos en la Ópera de Paris; y el renombrado bailarín y coreógrafo Ricardo Moragas... Hasta desembocar en la época dorada de la danza española, con Juan Magriñá y Rosita Segovia y el ramillete de grandes estrellas que arroparon al gran bailarín.
De los setenta y cuatro cafés cantantes con los que contaba Barcelona a finales del siglo XIX, destacan el Café Sevillano; el Villa Rosa; el Café Concierto Barcelonés; el Café Concierto Sevilla; la Gran Peña; el Café Concierto Triana; el Café del Puerto y el Café de la Alegría, que a partir de 1887 cambió su nombre por el afrancesado Edén Concert. Allí triunfarían en 1908 el farruquero bailaor Faico y las bailaoras María Pantoja y Juana Ortega, o Estrellita Castro y Carmen Amaya en sus comienzos, así como el cantaor Fernando el de Triana.
Quien ignore la historia de Barcelona, puede caer en el error de creer que la ubicación de Cordobes en La Rambla obedece a su carácter de arteria turística, amén de histórica. Incluso, podrían asociarlo a la falsa idea de que Cordobes es un local turístico.
Vestigio actual de una parte de la historia de Barcelona
La realidad es completamente diferente. Hace 40 años, cuando Cordobes abrió, Barcelona estaba lejos todavía de las Olimpiadas y de la apertura posterior de la ciudad al turismo. La circunstancia de que se abriera un tablao en La Rambla, era una consecuencia natural, y coherente con la tradición histórica de esta vía.
Tablao Cordobes es uno de los escasos vestigios actuales de una parte de la historia de Barcelona, no un producto turístico postizo. Desde finales del siglo XIX los locales de espectáculos y cafés teatro en Barcelona proliferaban en El Paralelo, La Rambla y Nou de La Rambla, todavía hoy los teatros del Paralelo recuerdan aquel pasado que se pretende ahora reavivar desde las instituciones, apoyando por ejemplo, la reapertura de El Molino.
Eran los años en que podía verse actuar a la mismísima Carmen Amaya (la mejor bailaora flamenca de todos los tiempos, y catalana) en los tablaos de Barcelona.
Eran los años en que podía verse actuar a la mismísima Carmen Amaya (la mejor bailaora flamenca de todos los tiempos, y catalana) en los tablaos de Barcelona.
1970, fundación de Tablao Flamenco Cordobes
En los años 70 el local El Cordobes era propiedad del entonces famoso empresario de espectáculos Matías Colsada, propietario de gran parte de los teatros del Paralelo y La Rambla. Colsada se asoció para explotar un tablao flamenco en dicho local con nada menos que con el joven Joan Gaspart.
En fin, Cordobes es historia de la ciudad. El único local que pervive de una época dorada del espectáculo en Barcelona. Y el único que continúa con aquella tradición de llamar a su escenario a los mejores artistas del momento, y rehúye el producto turístico fácil. El pasado día 12 de agosto Víctor Amela, en la entrevista que hacía a Cristina Hoyos en nuestro Tablao, reconocía nuestro carácter deinstitución Barcelonesa.
En fin, Cordobes es historia de la ciudad. El único local que pervive de una época dorada del espectáculo en Barcelona. Y el único que continúa con aquella tradición de llamar a su escenario a los mejores artistas del momento, y rehúye el producto turístico fácil. El pasado día 12 de agosto Víctor Amela, en la entrevista que hacía a Cristina Hoyos en nuestro Tablao, reconocía nuestro carácter deinstitución Barcelonesa.