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flamenco

María Moreno

Su movimiento corporal no es más que el reflejo de su incuestionable libertad, marcada por el valor que dedica a la tradición flamenca desde unos códigos actualizados y contemporáneos.

El baile de María Moreno (Cádiz, 1986) es fruto de la pura evolución. Su movimiento corporal no es más que el reflejo de su incuestionable libertad, marcada por el valor que dedica a la tradición flamenca desde unos códigos actualizados y contemporáneos. Sitúa su avanzada técnica en una equilibrada posición, basando su mensaje en la amplitud de recursos que su universo creativo le permite mostrar.

Su tierra le ha marcado hasta el punto de dejarse llevar por la confluencia de culturas, absorbiendo estímulos para conformar su arquitectura artística exenta de prejuicios. Gana enteros, pues, en cada una de sus propuestas porque refleja la diversidad narrativa de una obra que está en continua construcción.

Entre tanto, su esencia es derramada en teatros como el Sadler’s Wells de Londres, el Paris Villette, el Teatro académico de Ópera y Ballet Tchaikovsky y el Russkaya Pesnya de Rusia. Destaca sus comparecencias en el Teatro Romano de Baelo Claudia, en la Suma Flamenca de Madrid o en el Festival de Danza Itálica en Sevilla.

Y así camina desde unos comienzos que la llevan a hacerse con el Premio Revelación del Festival de Jerez en el año 2017, con el montaje Alas del recuerdo, confirmándose como nombre propio de la danza flamenca en 2018 con De la Concepción, que le permite ganar el Giraldillo Revelación de la Bienal de Sevilla. Año intenso, pues al mismo tiempo placea RECREO, también en el 2018.  Llega la consagración de una ilusionante realidad en 2020 con el estreno del espectáculo More(No)More, con el que vuelve a ganar un segundo Giraldillo, en este caso al Momento Mágico de la XXI Bienal por el inicio de su soleá. En esta edición, además, es la encargada del acto inaugural conjuntamente con Antonio Canales y Rafael Riqueni, a quien acompañó previamente en la gira de su disco Herencia. En 2020 ve la luz Yo bailo, libro compartido con la fotógrafa Susana Girón en el que María firma los textos y que supone una extensión del espectáculo del mismo nombre nacido un año antes.

Recorre los festivales de músicas del mundo con la orquesta Manuel de Falla y el conjunto musical compuesto por Enrike Solinís & Euskal Barrokensemble. Ha estado nominada en tres ocasiones en los premios Max de las artes escénicas, dos de ellas por De la Concepción (Mejor Intérprete Femenina y Mejor Dirección de escena) y una por More(no)More (Mejor vestuario), reconocimiento que se llevó a efecto en los Premios PAD (La Asociación de Compañías y Profesionales de la Danza).

En ese reto incesante entre su ser y su expresión artística, María seduce por su brillantez en el lenguaje, su estilo modernista y el acertado sentido que imprime a sus propuestas. No en vano, la gaditana ha sabido absorber, desde sus inicios en el Conservatorio Profesional de Danza de Cádiz, lo mejor de maestros como Javier Latorre, Antonio Canales o Eva Yerbabuena, llegándose a inspirar por las ideas y dirección de Rafael Villalobos o el concepto rompedor de la moda de Palomo Spain para un vestuario que define la personalidad y la perspectiva de una artista inclasificable.

María se aleja de espacios inamovibles para acercarse al trasiego de los tiempos y sus circunstancias como materia viva que mueve el alma. Con el movimiento de sus manos se hace a sí misma, levantando una oda al baile desde su raíz más arraigada y llegando a un todo tan maleable como firme.

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